Gracias a la inclusión de personas con trastorno mental y/o drogodependencia, los equipos de trabajo en la empresa son más diversos. Desde hace décadas ha quedado demostrado que con la diversidad, los trabajadores habituales ganan motivación al comprobar cómo personas con dificultades son capaces de sobreponerse y luchar por conseguir objetivos.
Además se produce un fenómeno de identificación de los trabajadores con la empresa que es mejor considerada por ellos gracias a que ayudan a estas personas, con dificultades, a mejorar su calidad de vida y su ilusión por seguir luchando.
Por otra parte, incluir en la plantilla a personas con trastorno mental o drogodependencia, mejora la toma de decisiones que se ven enriquecidas con nuevos puntos de vista.
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